Cuando uno se enamora las cuadrillas del tiempo hacen escala en el olvido, la desdicha se llena de milagros, el miedo se convierte en osadía y la muerte no sale de su cueva.
¿Has pensado que amar al Dios intangible suele producir un tangible sufrimiento y que amar a un palpable cuerpo de muchacha produce en cambio un placer casi infinito?
Te espero cuando miremos al cielo de noche: tu allá, yo aquí, añorando aquellos días en los que un beso marcó la despedida, quizás por el resto de nuestras vidas.
Cuando uno se enamora las cuadrillas del tiempo hacen escala en el olvido, la desdicha se llena de milagros, el miedo se convierte en osadía y la muerte no sale de su cueva.